
La identidad científica tiene que explicar al participante que tiene que realizar una serie de preguntas al alumno y le tendrá que castigar con descargas eléctricas cada vez que falle una pregunta, las descargas serán cada vez mas altas. El participante no sabrá que el alumno es un actor que fija recibir las descargas.
Después de realizar este experimento se comprobó que el 65% de los participantes administraron el voltaje límite de 450 a los alumnos, aunque a muchos el hacerlo les colocase en una situación absolutamente incómoda. Ningún participante paró en el nivel de 300 voltios, límite en el que el alumno dejaba de dar señales de vida. El porcentaje de participantes que aplicaban voltajes notables se situaba entre el 61% y el 66%
La conclusión es que la mente humana pierde todo tipo de responsabilidad al recibir ordenes de una persona que tiene un nivel de inteligencia mas alto que el suyo.